Todos los días cuando hablo con los clientes o voy al supermercado, encuentro en cada persona un momento para aprender, porque cada uno vive un mundo diferente sin embargo cada día que pasa buscamos resolver algo que tenemos en la mente, un deseo, una situación difícil, una alegría.
Y PERIZZO es un lugar que transforma, cuando las personas entran su primer impacto es el aroma, agradable diferente, y luego hablamos, no siempre podemos conectarnos, pero diría que con la mayoría de personas podemos expresar y lograr una solución a su deseo.
Me encanta escuchar sus propuestas, a veces llegan con un pensamiento de enojo y aquí el color y una suma de características del negocio nos llevan a bajar esa emoción y encontrar otra.
Cada vez más dispuestos a regalar con emociones, “el bonito se ve en los ojos “; sus pensamientos, son amables y a pesar de tantas disculpas que nos inventamos para encontrar dentro de nosotros los sentimientos que nos llevan a desear regalar algo o querer cumplir con el llamado “compromiso”, percibo que cuando llegan a Perizzo saben que siempre hay una oportunidad para que el corazón ría.
El tiempo es el mismo y cada uno de acuerdo al momento que esté viviendo siente que se va más rápido o más lento y se genera un sinfín de emociones que a veces ni siquiera nos damos cuenta y disfrazamos, sin poder comprender nuestros sentimientos, y la vida pasa y nos deja recuerdos y experiencias, momentos que llamamos felicidad si son de alegría y otros tantos que nos enseñan nos hacen resilientes.
Cuando las emociones afloran y tenemos dudas, pero soñamos con algo especial es el momento de encontrarnos en Perizzo….